Somos la generación del Bicentenario

Honorable Legislatura (Tucumán) – Hay que celebrar. Siempre hay que celebrar. Bajo el sol de la mañana, la camisa de la noche. Tres botones sin prender, dos pájaros de un tiro: el reto del dentista, el aliento del doctor. Teníamos que venir a la ciudad: nos trajeron en escolar, nos dieron la vianda, nos dijeron que aplaudamos. Aplaudimos. Siempre hay que aplaudir.

“Somos la Generación del Bicentenario”, anuncia el doctor. Y nos arremangamos la camisa. Mirá la piel cómo se me pone. Habla de Alberdi, excelente gente: tengo tíos en Escaba. Sabían que veníamos a la ciudad. Nos trajeron en escolar. Bajo el sol de la mañana, la camisa de la noche. El calor golpea, tres botones de prender. Nos dieron la vianda. Con una botella de agua nos quieren empavurar. Ya fue mi sobrino al kiosco de atrás: no venden, le dijeron. “¡Eh, legislador!”, le grito, miren cómo salgo en la foto.

El legislador se me acerca: el celular no le entra en la mano y el dentista le puso oro en el premolar. Hombre de bien el legislador, como el doctor que habla en la pantalla. “Somos la Generación del Bicentenario”, agrega el doctor. Nos dijeron que aplaudamos de nuevo. Siempre hay que aplaudir. Pero la chica ya no aplaude. Tenemos hambre. “¡Eh, legislador!”, le insisto. Miren cómo salgo en la foto.

“Una hamburguesa grande más Pepsi: 60 pesos”, dice el cartel. No nos convence. “Una docena de empanadas más una cerveza: 120”, dice abajo. Ahí va queriendo. “Un pollo al horno con papa: 130”. Me acomodo el cuello y esperamos el centro del legislador. “La promoción del pollo es para llevar”, me dice el mozo, como si no me conociera.

“Somos la Generación del Bicentenario”, cierra el doctor. Y cuando da las gracias se escuchan los aplausos, los cohetes, los bombos, los tamboriles, los gritos. Todos nos ponemos de pie. Las botellas quedan en la plaza, pero ya la vamos a levantar. Antes, el pollo para llevar en el escolar: linda la ciudad, espectacular el pollo. Volveremos.


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